María Vázquez es una de esas mujeres de dilatada experiencia financiera, que algunos se empeñan en decir que no existen.
Cambió su trayectoria en Morgan Stanley por otra diferente, aunque no menos importante, y sin duda más comprometida con la sociedad. Hace 16 años abandonó la banca para convertirse en empresaria y ayudar a la Universidad de Navarra en la gestión de su Endowment. Desde entonces, y de diversas formas, ayuda a instituciones cuyo fin es primordialmente social, aunando criterios éticos con los criterios económicos. Aunque se habla mucho actualmente de ética, y de fundaciones, de ONGs etc. realmente es un mundo complicado y un tanto desconocido.
Woman Essentia.- Llevas ya muchos años trabajando en este ámbito, cuya parte financiera es bastante complicada… casi el problema de todas ellas. Además, en España, muchas de estas asociaciones o instituciones se crean o sobreviven por subvenciones, que no garantizan ninguna continuidad.
María Vázquez.- Yo creo que siempre se ha considerado al mundo de las Fundaciones como un mundo de ricos cuando no es verdad, porque no hace falta que las cosas sean tuyas para sentirlas como tuyas. Con esto me refiero a todas las personas que participan y colaboran en y con ellas, es decir, no hace falta tener el 100% de algo para que sea tuyo.
Una Fundación potente puede tener a muchos socios fuertes, gente que aporta y que se siente «arte y parte», pero en España se da poco. Es una pena y de hecho me encantaría contribuir a cambiarlo.
Por ejemplo, tenemos un proyecto en el que iniciamos primero la parte de gestionar partiendo de rentabilidad y ética a la vez, es decir, intentando explicar a la gente que hay que invertir de cara a largo plazo porque es una «obligación moral intentar no enterrar los talentos y ponerlos a trabajar». Y que además hay que hacerlo bien, y mejor.
Actualmente hemos puesto a funcionar nuevas partes del proyecto y estamos trabajando en ayudar a Fundaciones que quieran empezar a construir un patrimonio que sea su Fondo Endowment, por ello no solo hacemos consultoría para ayudarles a ver como lo tienen que formar y gestionar, órganos de la Fundación, manuales etc, todo lo a la constitución de este fondo, sino también a crear una división de Fundraising para ayudarles a que busquen voluntarios y colaboradores que quieran ser sus socios en este momento.
Tenemos un proyecto en el que iniciamos primero la parte de gestionar partiendo de rentabilidad y ética a la vez, es decir, intentando explicar a la gente que hay que invertir de cara a largo plazo porque es una obligación moral intentar no enterrar los talentos y ponerlos a trabajar.
WE.- Tienes una historia profesional muy interesante…cuéntanos un poco.
MV.- Yo estaba trabajando en la Banca americana y en el año 2004, dejo Morgan Stanley y me voy con la Universidad de Navarra para montarles una estructura efectiva y pudieran gestionar su fondo endowment. Ellos ya tenían un Fondo que estaba dentro de una Fundación, pero que hasta esa fecha estaba organizado como normalmente se hace aquí, es decir, vía bancaria con los bancos que trabajaban normalmente, y eso no funcionaba. Los bancos son muy buenos haciendo cosas que saben hacer, dan a los clientes lo que quieren, pero la mayoría de los clientes no quieren lo que quería la Universidad de Navarra. La mayoría de los clientes con dinero, una vez que tienen un patrimonio consolidado quieren que no se pierda, pero tampoco tiene interés en acrecentarlo. Están más preocupado por preservar que por ponerlo a trabajar. Los bancos les dan un servicio fantástico, pero solo les interesa que su patrimonio no se pierda.
Esta era también la relación de la Universidad de Navarra con los bancos, pero la UNAV tiene el dinero para poder dotar becas e investigación, si no gana, no puede ayudar en este trabajo, y por tanto esta forma de trabajar no era la ideal para ellos. Es cuando me llaman para montar una organización, entendiendo las distancias, como Harvard. Y el resultado fue espectacular.
En el año 2013, me decido a dar un paso adelante y a comprar la empresa a la UNAV para abrirla y ofrecer este servicio a otros. Me daba pena que algo que funcionaba tan bien solo estuviera en la UNAV y no se beneficiaran otras instituciones, Universidades, Fundaciones, diócesis, colegios, hospitales etc.
Entonces todos los que estábamos trabajando en esta sociedad la compramos, y nos lanzamos a hacer esto para otros, y así la universidad pasó a ser un cliente más a partir del año 2013.
Al principio solamente gestionábamos patrimonio, intentando llevar de la mano ética y rentabilidad, que es la esencia de lo que hacemos, pero luego nos dimos cuenta de que poco a poco debíamos ofrecer más servicios porque la gente debe ser conscientes de que montar un patrimonio lleva montar bien toda la estructura para que no haya problemas (montar cortafuegos, manuales, transparencia, comunicación etc.), además de hacer crecer ese patrimonio.
En EEUU hay mucha gente que se dedica a hacer Fundraising, y se puede hacer en muchos niveles, vía digital, buscando convenios con empresas interesadas en proyectos de fundaciones, o que buscan poner dinero en fundaciones con actividades similares a la suya, pero de forma ética, y también se puede hacer Fundraising de legados y gente con dinero que quiere ser parte de un proyecto y no solo busca hacer las cosas porque sí, sino hacer el bien.
WE.- Ahora está muy de moda el tema de inversiones éticas, todo es ético. Hay Fondos que ya han intentado esto pero luego no han prosperado. ¿Cuál es vuestra filosofía en este sentido?¿cómo funcionáis?
MV.- Nuestra compañía, que ahora se llama Gestión Fondo Endowment, tiene una filosofía que todos los años distribuye una parte de sus beneficios en proyectos para el Bien Común. Pero no es específicamente el Fondo quién los distribuye, ni dejo a los clientes que decidan a quien lo quieren dar.
Este Fondo Endowment tiene un compromiso con la Iglesia católica, y todo lo que hacemos tiene un filtro que pasar por estar de acuerdo con al doctrina social de la iglesia.
WE.- Las inversiones tienen dos sentidos importantes, por un lado están los supuestos éticos que consideráis para invertir, y por otro lado la forma de invertir. Yo veo dos cuestiones éticas en ello. Por otro lado, por ejemplo, está de moda que los fondos inviertan en educación, pero puede haber problema entre el beneficio para el colegio o el mantenimiento del colegio en aras de la mejor inversión educativa, es otro tipo de beneficio. Puede ser complicado cumplir con todo…
MV.- Es sencillo, la Fundación de la UNAV tiene dos partes, la parte en la que gasta, el dar dinero a proyectos, que es totalmente desprendido, de los que no se espera rentabilidad económica, sino simplemente rédito social, según lo que haya decidido cada uno como mejora del bien común. Por otro lado está el pasivo, que consiste en invertir el patrimonio de la fundación, y de estas inversiones se saca una rentabilidad, que va claramente a gastarse por otro lado. Tengo que buscar rentabilidad porque si no la encuentro no puedo dar dinero para que puedan gastar sin la necesidad de pedir. Son dos partes de la misma entidad. Y lo que ocurre es que todo lo que se hace tiene un perfil de compromiso con la doctrina social de la Iglesia y esto supone que hay campo prohibidos, como todo lo que atente contra la vida, contra la dignidad humana, los temas de armamento, etc. pero no solamente consiste en prohibir, no es solo que yo no lo haga, sino que no puedo invertir en empresas que lo hagan, y otra premisa además es que sean empresa que aquello que hagan lo hagan de la mejor forma para el bien común de todos. Como inversora soy consciente de que tengo que mejorar el mundo en el que estoy.
Soy “inversora activa”, esto significa que, cuando entramos en una empresa mando una carta explicando que soy inversora, que tengo un compromiso con la doctrina social de la iglesia católica, que su empresa ha pasado mi filtro y en ese momento cumplen con los criterios, pero que espero que los sigan cumpliendo y que si los dejan de cumplir me avisen. Saben que hay un inversor al que le preocupan estos temas en concreto, es decir, me manifiesto como soy.
Pero no solamente consiste en prohibir, no es solo que yo no lo haga, sino que no puedo invertir en empresas que lo hagan, y otra premisa además es que sean empresa que aquello que hagan lo hagan de la mejor forma para el bien común de todos. Como inversora soy consciente de que tengo que mejorar el mundo en el que estoy.
Además, por otro lado, aprovechamos todas las ocasiones que me permite mi papel en la empresa, de poder levantar la mano a través de las Juntas de accionistas. En la mayoría de las juntas no tengo nada que decir, pero si oyes algo como por ejemplo, que vamos a pagar al Consejero delegado 15 millones, ahí participo en la Junta preguntando cuestiones como la media en relación a los empleados, la dispersión entre lo que gana él y los empleados, respecto a la media del sector, para comprobar que no es un disparate y que me justifiquen la medida, de forma que podemos votar en contra de algo disparatado y lo hacemos siempre que nos lo permiten.
EEUU es un mercado mucho más abierto. Por ejemplo colaboramos con un grupo allí en el que hay otras organizaciones también comprometidas con la doctrina social de la iglesia, o con grupos de decanos, de judíos del norte de Europa etc. y nos juntamos para que en las empresas en las que estamos participando juntos se hagan mejoras. No ya solo a nivel de la Junta, sino más activo, presentando propuestas que luego pueden ir a la Junta de accionistas en las que opinamos todos, o no.
Es decir actuamos en tres niveles:
1.- Avisamos de que somos accionistas con ciertos compromisos éticos, y nos importa lo que hagan.
2.- En las Juntas, cuando podemos opinar lo hacemos si lo vemos procedente
3.- Estamos en grupos con los mismos intereses intentando cambiar cosas.
Esto ha generado muchos cambios en empresas en relación a los sueldos por ejemplo, en como se tratan los temas medioambientales, en relación a la covid, tratando de potenciar que se trate mejor no solo a los trabajadores, sino que se actúe por ejemplo con fondos de emergencia las zonas donde están las fábricas etc.
Se trata de ayudar en la medida de lo posible porque en la mayoría de las empresas que invertimos tienen dinero y se pueden permitir el lujo ahora de hacer las cosas bien hechas.
WE.- ¿Habéis notado mucha diferencia? ¿Cómo han actuado en esta crisis en relación a la anterior?
MV.- En las empresas con las que trabajamos hemos visto una involucración brutal.
Cuando nos confinaron al empezar el covid, se cayó el mercado. Creo que ha sido una crisis rapidísima, en 15 días hubo una caída del 40 %, mientras que en la otra crisis tardamos un año en llegar a ese punto. Empezó en el año 2007, el Lehman estalló en septiembre del 2008 y el mínimo lo tocamos en marzo del 2009, y en esta, el mínimo lo hemos tocado en 15 días desde que nos confinaron. Y por tanto, en 15 días tuvimos que darle una revisión a todas las empresas de la cartera para ver, primero en que posición estaban, si les afectaba el covid o no y cómo, si tenían mucha deuda o mucho cash y así ver como iban a poder aguantar este trance complicado, y luego revisar el tema ético, que es donde hemos tardado más tiempo. Esto lo hemos visto de la mano del grupo que antes mencioné y con los que trabajamos en EEUU, que nos han estado mandando directrices de lo que tenemos que preguntar y buscar entre las empresas. Te diría que si tengo una escala del 1 al 10 para comprobar la respuesta de las empresas, esta ha sido de 8 cuando yo me esperaba un 5. Ha sido un comportamiento espectacular.
También es cierto que como no se especula, sino que invertimos a largo plazo, las empresas que tenemos en cartera son en general grandes y sólidas, y es más fácil que una empresa muy grande pueda dar unas garantías y cobertura a sus trabajadores, en comparación con una Pyme con 15 personas que el pobre dueño no pueda ni comer.
WE.- Desde luego es una gran satisfacción para ti, por las elecciones hechas.
Se está hablando siempre del planeta y de su sostenibilidad, pero no se hablaba tanto de las personas. Esto parecía estar controlado, aunque no estaba, y la pandemia ha descolocado todo.
MV.- En relación a lo que me preguntabas de diferencia con la otra crisis, creo que su característica principal es que ha puesto en el centro a la persona, además de la rapidez. Ha sido muy duro porque ha muerto gente, hemos estado confinados, las personas mayores han sufrido, estamos mucho peor, pero al poner a las personas en el centro, la gente se ha volcado en ellas, y ha hecho más humano el sistema que tenemos. Aunque ya sabemos que el capitalismo del mundo en que vivimos nos lleva a ganar y ganar…
WE.- Pero es ya una esperanza, la capacidad de reacción que ha habido.
MV.- Claro, pero hablando de otro tema, a mí también me gustaría dar un mensaje de esperanza a muchas mujeres.
Voy a cambiar el rumbo porque, además de clientes de fundaciones, empresas, tengo también muchos particulares.
La mujer, a pesar de ser desde un punto de vista profesional casi equiparable al hombre, a la hora de decidir en el tema económico, es una pena que siga decidiendo el hombre. Son los maridos los que deciden y no lo entiendo. ¿Por qué si la mujer es la que saca adelante a la familia no es la que decide?
Si nos fijamos en los proyectos de países en vías de desarrollo, toda la ayuda, todo el tema de microcréditos va a la mujer, no van al hombre. Porque la mujer es el centro de la familia, y sin embargo la mujer aquí no se mete en el tema financiero. A mi me encantaría revolver la conciencia de la mujer y animarlas a meterse en el tema.
Además hay otro tema, en el momento actual, que hay tantas separaciones esto es un problema añadido, en la separación la mujer se convierte en la unidad de decisión y los casos que me encuentro es que no saben nada y hay que preparar a la mujer para que sepa llevar esto. La mujer debe empoderarse en esto también y hay que animarla y enseñarla. El sentido de agrupar, de hacer familia, de visión a largo plazo, de planificar, de buscar la ética etc. de la mujer hace que esté capacitada para ello y se dé le bien. En este modelo que yo propongo me entiendo muy bien con las mujeres, casi más que con los hombres.
WE.- Me has hablado de los contactos que tenéis con los grupos de EEUU, de las empresas en las que invertís, pero ¿Dónde están vuestros clientes?
MV.- La mayoría son españoles, tanto fundaciones como particulares.
WE.- ¿Cómo se ve la idea de la rentabilidad junto con la de «ayudar»? Aquí se vive más quizás la idea de ayudar y dar a fondo perdido y olvidarnos…
MV.- Esto es como todo, hay que educar, hay muchas fundaciones que están muy educadas y llevan mucho tiempo invirtiendo y saben lo que pueden esperar y lo que no. Hay otras que vienen pensando que van a hacer fortunas y hay que centrarlas, y luego tienes a otros que les da miedo y hay que llamarles y explicarles que para conseguir rentabilidad hay que asumir riesgos. En la vida el riesgo es inherente a todo, salir a la calle ya es un riesgo, lo que hay que hacer es saber controlar ese riesgo, vivir con él.
WE.- ¿Se ha resentido la cartera de clientes con la pandemia?
MV.- Como ha sido tan rápido, en general la gente ha estado bastante quieta. Ahora mismo está sufriendo la crisis la gente de renta muy baja, la clase media en general con los ERTES y ayudas está más o menos estable y la clase alta no lo ha notado casi, pero el año próximo va a ser peor….y con el presupuesto anunciado tampoco parece que vaya a ayudar mucho.
WE.- Creo que lo complicado es el tema de renta fija y la renta variable. La liquidez versus inversión, la gente se agobia al elegir.
MV.- Ahora es muy fácil porque si tienes el dinero en el banco te pagan cero y tienes que pagar comisiones, y si compras bonos del Tesoro, tienes que pagar dinero por comprar los bonos porque están los tipos de interés negativos. Con lo cual ahora el momento es perfecto porque, o te cuesta, o la alternativa no te genera nada. Así que es decidirse por algo bueno. Es probable que los bancos empiecen a trasladar al cliente el coste de tener tu dinero en cuenta, porque el Banco cuando deposita el dinero de los clientes en el Banco Central, tiene que pagar este por ese dinero un 0,5%, con lo cual para no perder es muy probable que en cualquier momento se lo pasen a los particulares. Esto es a CP, pero si nos fijamos en el medio plazo, si dejamos en dinero al cero, pero la inflación crece, aunque sea poco, cuando pasan 30 años, igual te encuentras con que tu dinero vale un 50% menos. Y esto no es que no te haya costado dinero, es que la persona que ha decidido dejar el dinero en el banco, pierde, ha perdido la mitad.
La gente tiene que aprender y perder el miedo en este sentido.
WE.- Hay miedo a mover el dinero, y por otro lado, hay mucha gente invirtiendo por libre y sin sentido y luego no quieren asesorarse.
MV.- Ya, es especular y casi jugar a la ruleta entrar, salir etc. Pero nosotros estudiamos la empresa antes de entrar, veo el equipo de gestión que tiene, lo que van a hacer los próximos años, hago unos cálculos aproximados de lo que va a suponerles, del precio que estoy pagando hoy por comprar todo eso y de la rentabilidad cómpralo al precio de hoy, si merece la pena. Se invierte en función de todo esto, además se invierte para más de cinco años. Ofrecemos carteras asesoradas que están invertidas en Fondos, o nuestros propio fondo directamente, siempre bajo nuestro filtro ético, además de las condiciones que pueda poner el cliente.
WE.- ¿Por qué cada día es más importante el tema de que las inversiones sean éticas?
MV.- Porque tenemos una responsabilidad muy grande como inversores.
El inversor pone si dinero en proyectos y con ese capital las empresas/ o proyectos pueden hacer cosas buenas, pero también pueden hacer cosas malas.
Tenemos que conocer en lo que participamos, porque somos co-responsables.
Está claro que tenemos que evitar que nuestro dinero sirva para financiar actividades no éticas.
Pero además, también podemos influir en los proyectos, para que mejoren su forma de hacer las cosas: Para que su preocupación no sea solo “ganar dinero” sino la mejora del Bien Común.
El dinero y la ética pueden y deben ir de la mano. Buscar gestores profesionales y comprometidos con la doctrina social de la Iglesia es poner en el centro el desarrollo integral de la persona y la defensa de una ecología integral. Y al final, lo bien hecho paga: los resultados económicos de las inversiones donde se considera la ética además del lucro son mejores.
WE.- Esta forma de actuar ya es una forma de cambiar el mundo… el granito de arena que va cambiando todo.
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