El pasado jueves 11 de abril el Parlamento Europeo amparó la iniciativa de la izquierda para que el aborto sea reconocido como un derecho fundamental en la Carta de Derechos Fundamentales de la UE y de esta forma trasladar al Consejo Europeo y a la Comisión la petición de que el aborto sea añadido como derecho fundamental.
Ya en el año 2021 se marcó un hito histórico en la destrucción de derechos fundamentales, con la aprobación del Informe sobre la situación de la salud y los derechos sexuales y reproductivos en la Unión. Informe conocido también como «Informe Matić». «Nos pareció en su momento difícil de superar por su duro contenido, pero esta moción de resolución lo ha hecho» aseguran los eurodiputados conservadores que han visto de primera mano cómo se ha ido cuajando un nuevo texto completamente desproporcionado con esta resolución.
¿Qué contiene la resolución del Parlamento Europeo?
Uno de los puntos más controvertidos es el llamamiento que hace al Consejo Europeo a lanzar una Convención para la revisión de los Tratados y a adoptar la propuesta ya incluida en una resolución de 22 de noviembre de 2023 para agregar la atención sanitaria sexual y reproductiva y el derecho al aborto seguro y legal a la Carta y modificarla de la siguiente manera:
«Artículo 3: Derecho a la integridad de la persona y a la autonomía corporal.»
Justificando que: «Todas las personas tienen derecho a la autonomía corporal, a un acceso libre, informado, pleno y universal a la salud sexual y reproductiva y a los derechos, y a todos los servicios de atención sanitaria relacionados sin discriminación, incluido el acceso al aborto seguro y legal». Con el pretexto del aborto, se está dinamitando la Carta de los derechos fundamentales.
Así mismo, la resolución Insta a los gobiernos de los Estados miembros a hacer que los métodos y procedimientos de aborto sean una parte obligatoria del currículo para doctores y estudiantes de medicina, en particular estudiantes de ginecología. Condena el hecho de que, en algunos Estados miembros, el aborto esté siendo negado por profesionales médicos, y en algunos casos por instituciones médicas enteras, sobre la base de la cláusula de conciencia.
Ataca directamente a los Estados miembros que todavía defienden la vida como lo son Polonia y Malta, exigiéndoles que frenen y deroguen sus leyes pro-vida y anti-aborto. Insta a estos Estados miembros a despenalizar completamente el aborto de acuerdo con las directrices de la Organización Mundial de la Salud de 2022. No es de extrañar, pues la comienzo de la pandemia de COVID-19, la OMS incluyó la «atención integral del aborto» en su lista de «servicios de salud esenciales» y su director Tedros Adhanom declaró que «El aborto seguro es parte de la asistencia sanitaria».
La polémica resolución tampoco deja tranquilas las asociaciones anti-aborto y pro-familia, ya que insta a la Comisión a hacer uso de todas las herramientas disponibles para asegurar que estas organizaciones no reciban financiación de la UE. Por otra parte, sí anima a la UE y a los Estados miembros que aseguren y apoyen políticamente a las «organizaciones de la sociedad civil» y «los defensores» de los supuestos derechos sexuales y reproductivos (SDSR) y también animan a aumentar su gasto en programas y sus subsidios directos a estructuras, incluidos servicios de atención sanitaria y planificación familiar entre las que se incluyen claramente las clínicas abortivas.
¿Cuál ha sido la reacción de los eurodiputados conservadores ante tal locura?
Si de por si las líneas anteriores ya han sido duras de leer, las siguientes no se quedan atrás, pues los eurodiputados europeos que han tenido una actitud más conservadora en otros momentos, se han tirado en plancha para apoyar esta moción, a pesar de la agresividad del texto.
Grupos como Identidad y Democracia sí han votado en contra de esta resolución, excepto los franceses que se han abstenido.
Los húngaros del partido conservador y pro-familia de Fidesz también han votado en contra junto a los cuatro eurodiputados españoles de VOX y el partido de Georgia Meloni, Fratelli d’ Italia.
De los 705 miembros de la cámara parlamentaria europea han votado solo 538, hay 168 que no han acudido a votar y por lo tanto, han faltado a su deber de servir al ciudadano europeo. El voto final quedó con 336 votos a favor, 163 en contra y 39 abstenciones.
Woman Essentia ha tenido la oportunidad de hablar en exclusiva con varios de estos eurodiputados conservadores que han visto horrorizados cómo la votación salió adelante:
«Ante un planteamiento en el cual debes tener una posición firme hemos visto como muchos eurodiputados, colegas nuestros, han dado un paso atrás y han modificado su voto».«Menos mal que todavía hay políticos en Europa que ejercemos resistencia ante tales atrocidades». Comentaron.
¿Qué pasará a partir de ahora?
Todavía hay esperanza, pues todas las propuestas mencionadas anteriormente tienen difícil puesta en marcha ya que el Parlamento Europeo no tiene competencias suficientes, ni tampoco la última palabra.
La legislación sobre el aborto corresponde a cada uno de los países, mientras que en el ámbito europeo la decisión recaería en manos de la Comisión y, en última instancia, del Consejo, es decir, de los propios Estados miembros que forman la Unión Europea.
Lo que queda claro es que la historia juzgará a los políticos por institucionalizar el «derecho» a matar a un inocente y por engañar a la sociedad disfrazando el Mal de Bien. La sociedad está llamando progresista a aquel que va contra el progreso de la propia vida humana dentro de la mujer. ¿Acaso no nos encontramos ante el reconocimiento de la decadencia moral?
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