Por fortuna la fórmula clásica para ser feliz, que combina el arte de vivir y la ciencia del lenguaje positivo, no es secreta ni está escondida en una caja fuerte.
Además, las técnicas para elaborar ese cóctel vital son simples: aprender a contemplar, desplegar la creatividad, trabajar la actitud y entrenar el lenguaje positivo.
Para Edgar Allan Poe, las cuatro condiciones para la felicidad son: el amor de una mujer, la vida al aire libre, la ausencia de toda ambición y la creación de una belleza nueva
La creación de una belleza nueva es una de las claves del arte de vivir. Pero no una belleza canónica, sino real. Una belleza de lo imperfecto, de lo cotidiano, que está al alcance de todos. De ti.
Sí, todos estamos llamados a ser artistas, a hacer de nuestra vida una obra de arte, a ser artífices de nuestra creación, de nuestro desarrollo2.
Aprender a contemplar
Para crear belleza, antes debemos llenarnos de ella. Con nuestra mirada elegimos lo que queremos ver de la realidad y eso es lo que va a vivir con nosotros. ¿Qué recoge nuestra mirada? ¿Guarda belleza?
A la belleza solo se llega por contemplación y esto exige romper con la prisa como estilo de vida. Viajar, pasear, admirar la naturaleza, sentir el arte cuando asistimos a un concierto o visitamos un museo; internarnos en un libro clásico, vivir sin distracciones los grandes o pequeños momentos compartidos con la familia y los amigos…
En palabras de Platón, «la belleza es el esplendor de la verdad» (El Banquete) y «la potencia del bien se ha refugiado en la naturaleza de lo bello» (Filebo)1
Los clásicos descubrieron que la belleza es el gran regalo de todo lo que existe, pues lo hace amable, digno de ser amado. Sin ella, la realidad no sería soportable. Y solo el amor nos libera y nos llena. Por eso, ¡qué importante es que nuestra mirada sepa descubrir belleza!
Desplegar la creatividad
La creatividad es la facultad de crear. Vamos a dejarnos cambiar por los bellos encuentros cotidianos de forma que amemos lo que hacemos y hagamos bien eso que amamos. Así podremos luego llenar nuestra vida de actos creativos.
Sólo así llevaremos una vida realmente humana, solo así viviremos con arte nuestra vida. Y disfrutaremos con ello.
Trabajar la actitud
Trabajar la actitud es otra de las claves del arte de vivir. Marian Rojas Estapé en su libro “Cómo hacer que te pasen cosas buenas” explica que ser felices depende en buena parte de nuestra predisposición o actitud ante la realidad, de cómo gestionamos nuestras creencias limitantes y las emociones.
La felicidad es hacer una pequeña obra de arte con la vida, esforzándonos cada día por sacar nuestra mejor versión (Marian Rojas Estapé)
En el libro, la autora fundamenta científicamente que la felicidad no es tanto lo que nos pasa, sino cómo interpretamos lo que nos pasa.
Por ejemplo, explica que el modo de vida de la sociedad actual nos puede predisponer a la intoxicación por una sustancia que segregamos ante la amenaza, la alerta o el miedo, llamada cortisol, que anula nuestras defensas y provoca trastornos físicos y psicológicos.
Las emociones vienen precedidas por un pensamiento y lo curioso es que el cuerpo segrega cortisol, reaccionando de igual forma ante una amenaza real o imaginaria. Aquí es donde entra en juego la gestión que hagamos de las emociones, además de llevar un estilo de vida saludable.
Ciertamente, diversos descubrimientos de los últimos años avalan que las emociones negativas son uno de los principales factores de riesgo para contraer enfermedades físicas y mentales. Son fruto de la investigación en campos como la psiquiatría, la psicología y, más en concreto, la psicología positiva; las ciencias del comportamiento y las ciencias sociales, la lingüística, la neurociencia, la bioelectrónica, la neurobiología y la rama de la neuroestética.
Entrenar el lenguaje positivo
También encontramos un interesante fundamento científico en un innovador programa que investiga, a través de las palabras que utilizamos, la forma en que tomamos decisiones. Con él se descubre cómo nfluir en el cerebro y dirigir nuestra vida útil para vivirla con sentido, de la forma más plena.
El libro “La Ciencia del Lenguaje Positivo” de Luis Castellanos, Diana Yoldi y José Luis Hidalgo, detalla en qué consiste este programa y el plan de entrenamiento de nuestro lenguaje positivo basado en la metodología SIL (Servicio de Inteligencia Lingüística).
El entrenamiento del lenguaje positivo tiene en cuenta todas sus expresiones -lenguaje verbal, escrito y gestual- y abarca todos sus ámbitos -nuestra habla interior, la comunicación interpersonal y la interacción social-. Su objetivo es elegir qué palabras vamos a “habitar”, es decir, qué palabras vamos a permitir que vivan en nosotros, rigiendo nuestra vida y se centra sobre todo en las que llaman «palabras positivas de alta activación».
Desde el entendimiento y la expresión de palabras, experiencias y emociones positivas, este uso inteligente y saludable del lenguaje ayuda a gobernar nuestros pensamientos y a cambiar el rumbo de nuestras emociones. Por tanto, produce efectos saludables en nuestra actitud y actuación ante las circunstancias de la vida y también efectos físicos saludables como la relajación del cuerpo, la activación del cerebro ante estímulos considerados como bellos, etc.
Entrenar el lenguaje positivo nos ayuda a tomar decisiones, a superarnos ante situaciones difíciles, nos aporta más recursos ante la incertidumbre, nos hace más resilientes, nos ayuda a ser más productivos y más capaces de emprender proyectos, refuerza nuestra alegría de vivir (libro “La Ciencia del Lenguaje Positivo”)
Hazte un trato
Sirven de conclusión otras palabras de este libro: “Cuando somos conscientes de nuestras palabras nos damos cuenta de que no vemos el mundo tal y como es sino tal y como hablamos… a veces no somos conscientes de que vivir es elegir la palabra que decimos, la actitud que tomamos, las imágenes de las que nos alimentamos, un cúmulo de pequeños detalles”.
Hazte un trato y adquiere el compromiso de entrenar en positivo el estilo de tu lenguaje, gestionar tus creencias limitantes y emociones y contemplar la belleza como estilo de vida.
La fórmula o truco para llevar una vida feliz no ha cambiado a lo largo de los siglos, aunque ahora es más precisa gracias al avance de la ciencia. Nos vendría bien tararear de vez en cuando lo que cantaba Mary Poppins:
“Todo trabajo tiene algo divertido y si encontráis ese algo, en un instante… ¡chap!, se convierte en un juego.
Y divertiros lograréis,
mejor si así lo hacéis.
El ser feliz un truco es al fin”.
Referencias:
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