¿Verdad que no es lo mismo una equivocación en directo que un plagio en diferido? Constatamos una vez más la extraña vara de medir de gran parte de la sociedad española. 19 segundos le han bastado a la conocida periodista María Rey para padecer una auténtica pesadilla a cuenta de un lapsus.
Los hechos
Nadie ignora la tensión que supone para los periodistas retransmitir en directo, pinganillo al oído te van avisando de lo que va a ocurrir o del siguiente invitado por llegar al plató. Máxime si el directo ocurre en la calle con ruidos de fondo, etc.
La mañana del 2 de mayo la cadena pública Telemadrid emitía en directo los actos conmemorativos por el Levantamiento del pueblo de Madrid contra el invasor Napoleón. En esto, la conocida periodista María Rey con mucha desenvoltura dice: «Ese homenaje a las víctimas de los caídos en aquella levantantamiento contra las tropas de Franco, un homenaje que se celebra siempre en el Cementerio de La Florida».
Esa omisión, ese silencio del compañero es más grave que la metedura de pata histórica de la protagonista de este artículo
Como muy bien ha expresado la periodista tras pedir disculpas «¿De verdad es tan grave equivocarse?» Desde luego que no, no es grave, sobre todo en una profesional como ella. Lo llamativo en esta ocasión es que el compañero tampoco reaccionó. ¿Verdad que no hubiera ocurrido nada por llamar la atención de su compañera sobre este error histórico?
Apechugando estoy pero no entiendo a quien beneficio yo al decir Franco cuando quería decir Napoleón . En 3 horas y media de directo podrían haberse visto mis intenciones. ¿De verdad es tan grave equivocarse? https://t.co/QlZ99y0lhZ
— maria rey (@maria_rey) May 2, 2019
Posibles causas
Pensamos que no merece la pena desde Woman Essentia incidir en lo evidente: un despiste. Sonado sí, pero despiste al fin y al cabo. ¿Quién duda de la profesionalidad y nivel cultural de María Rey? Nadie.
Apunta más bien a una persona de mente rápida sometida a una situación de tensión y que la letra ‘F’ ha traicionado su mente, ¿cómo se llama esa confusión que nos ocurre a millones de personas y nos lleva a equívocos? Dislexia. Pues aunque María Rey no sea disléxica le ha ocurrido algo similar. Es fácil comprender que en la mente de la periodista fluyera la palabra Francia, y de ahí que dijera: Franco.
Otra lectura… no sería de extrañar que su subconsciente le traicionase y salieran «las víctimas de Franco». Vista la matraca mediática y política desde hace meses con el fin de distraer nuestra atención de lo esencial, resulta que María Rey ha sido víctima inconsciente del esperpento. Todo es posible.
También puede haber sido víctima del «Síndrome de pensamiento acelerado», desarrollado por el psiquiatra Augusto Cury y se resume como «un tipo de ansiedad, producida por el exceso de información, de actividad, preocupaciones y presiones sociales que pueden acelerar la mente a una velocidad aterradora. En la era digital, esto está pasando con una intensidad nunca antes vista«.
La moraleja
Aprovechando la gándara que atraviesa la vida política y social española, nos surgen dos planteamientos: ¿Por qué el compañero no corrigió a María Rey? Es para hacérselo ver. Vivimos acostumbrados a ver a parejas televisivas ayudarse, a corregirse, salir al paso con total naturalidad ante confusiones o el famoso «fallos del directo». El otro periodista escucha la barbaridad y hace mutis. Para añadir humor a la escena, se queda sonriendo a cámara mientras su compañera invoca a las tropas de Franco de 1802.
Bajo nuestro punto de vista, esa omisión, ese silencio del compañero es más grave que la metedura de pata histórica de la protagonista de este artículo. ¿Padecerán ambos el «Síndrome del pensamiento acelerado?
La segunda es que visto el linchamiento en redes sociales de «no pasar una» contra María Rey, no hay más que leer los comentarios politizando todo al instante. Lo normal es calmarse una vez la persona ha reconocido su error. Sin embargo hay personas que siguen «erre que erre».
Pero vamos un poco más allá y volvemos al comienzo de este artículo: ¿Verdad que no es lo mismo una equivocación en directo que un plagio en diferido?
Reflexionemos, ¿cómo es posible que este error despierte tal polvareda y que un candidato a la presidencia del Gobierno que ha plagiado y engañado con una tesis doctoral que no escribió, no?
Llevas razón María Rey, no, no es tan grave equivocarse. Mentir descaradamente sí, pero parece que a la sociedad española de hoy no le importa, a diferencia de aquellos españoles que no se dejaron embaucar ni por un pésimo rey, ni por un malévolo aliado.
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