Muchos son los profesionales en salud mental y psicoterapia, quienes, durante estos meses de pandemia, han hablado sobre las repercusiones que toda esta situación puede acarrar en los niños, concretamente a nivel de ansiedad y síntomas depresivos. Es preciso un entorno donde perciban y reciban, sobre todo de sus padres, mucho amor y esperanza. Quizás, aunque este año resulte más difícil de creer, parafraseando a la popular novelista y periodista Taylor Caldwell: “El mensaje de la Navidad es que nunca estamos solos”.
Dos profesionales de la psicología, Carlos Antonio Rodríguez Méndez, psicólogo y director del Centro de Psicología Rodríguez Vidondo y Claudia Portillo Martínez, psicóloga especializada en terapia infanto-juvenil del mismo centro, opinan y ofrecen recomendaciones sobre cómo deben actuar los padres con sus hijos a pocos días para las vacaciones de Navidad.
La Navidad es una época del año que se asocia a la alegría, la luz, la fantasía, las ilusiones, las reuniones, la generosidad… Son días enfocados al disfrute y los sueños de los niños. No obstante, los adultos también viven las fechas desde la perspectiva del disfrute. Pero este año será diferente. Estar en familia se limita a una cifra determinada -6 personas- y muchos optarán por no viajar para ver a amigos y familiares que se encuentren lejos evitando consecuencias. Según la psicóloga Claudia Portillo Martínez: “Muchos adultos, los padres…, van perdiendo la ilusión por la Navidad”. Para la profesional, “es posible que este año especialmente no estén los ánimos para muchas celebraciones”.
Mantener la ilusión y la esperanza de los niños
Es difícil que a un niño no le ilusione la Navidad y todo lo que conlleva. Ya desde noviembre se van palpando los deseos de los niños y la preparación ante las fiestas. Las restricciones y normativas a causa de la crisis sanitaria en este año 2020 que pronto termina, continúan para no retornar a las cifras mayúsculas de enfermos y muertos. “Cómo desde marzo, a los niños les afecta la pandemia y lógicamente están notando el ambiente general de crispación que esta situación está generando en los adultos”, declara la experta. Los niños “echan de menos los planes divertidos que antes hacían y ahora no pueden, les falta el contacto físico con sus amigos y familiares y perciben el desgaste psicológico en sus padres”, continúa Portillo Martínez.
La Navidad siempre ha sido la época de la alegría por excelencia. “Las fiestas navideñas resultan una muy buena oportunidad para poner un poco de luz en este año tan complicado. Es importante que los padres y familiares se esfuercen para que los niños las vivan como la época mágica a la que están acostumbrados. Incluso será posible contagiarse a través de sus ojos”, sostiene la especialista en psicología infanto-juvenil.
Nos hemos habituado a las limitaciones, sobre todo en el terreno social y de relación. “En época navideña no viajaremos con libertad ni nos reuniremos con todas las personas que quisiéramos. Sin embargo, esto no es sinónimo de no empaparse del espíritu navideño a través de las decoraciones, los villancicos, los calendarios de adviento o la carta a los Reyes Magos. Estas son actividades de las que podemos disfrutar sin poner en riesgo la salud”, manifiesta la psicóloga.
Seguir conectados con el espíritu navideño
Para Claudia Portillo Martínez: “Es importante que los padres no trasladen la angustia e incertidumbre a los niños”. Y adiciona: “Debe primar la sinceridad, las respuestas a sus cuestiones con calma y cariño, explicándoles con antelación lo que va a ocurrir y los motivos (adaptando la información a sus edades)”. Resultará muy útil explicar a los pequeños de la casa que esta Navidad será diferente. Pero, de un modo excepcional, “y mientras dure uno puede centrarse en todo aquello que sí se puede hacer”, asegura la experta.
Según la profesional, padres y familiares, pueden trabajar en la conexión en los valores de la Navidad “y preguntar a cada persona que participe qué le apetece hacer y qué valoran en estas fechas, por ejemplo, la familia, la generosidad, la religión, la ilusión… y desde ahí buscar alternativas para vivirlo”. “Los convivientes de cada casa podemos fomentar ese espíritu familiar y comunitario haciendo actividades juntos. Pueden elaborarse tarjetas navideñas, cocinar postres, realizar juegos o regalando objetos que faciliten que puedan pasar tiempo con sus primos y amigos al aire libre (bicicletas, patinetes…) …”, refiere Portillo Martínez.
Carlos Antonio Rodríguez Méndez, director del Centro de Psicología Rodríguez Vidondo, asevera que las recetas contra el estado de ánimo bajo son el establecimiento de rutinas y la activación conductual. “Este año a los niños les faltará parte del calor humano y estarán más tristes. Desafortunadamente, algunas actividades navideñas en la calle ser verán restringidas, como las visitas a mercadillos navideños, los paseos por las zonas comerciales, la cabalgata de Reyes…”, asegura el profesional.
Actividades divertidas sin salir de casa
El experto sostiene que: “Las recomendaciones deben centrarse en reforzar las rutinas y sustituir los planes en la calle por actividades y juegos en casa. También es posible con el contacto tú a tú por videoconferencia, a la que tanto nos hemos habituado”.
Rodríguez Méndez ofrece algunas sugerencias para padres y familiares, para afrontar las vacaciones de Navidad con los niños:
- Reforzar los lazos con familia y amigos: Los niños esperan ansiosos el momento de abrir los regalos de Navidad. Pero en este tiempo, también es necesario enseñarles que la trascendencia de esta época reside en los seres queridos y en el valor de regalar. Una buena idea es hacer nuestros propios regalos con manualidades en los que cada uno ponga su corazón.
- Diversión y creatividad: Con el objetivo de evitar las aglomeraciones fuera de casa, buscaremos otro tipo de diversiones en familia, como ver películas, decorar la casa y redescubrir los juegos de mesa.
- Acercar a los abuelos: Los nietos deben seguir comunicándose con sus abuelos (en muchos casos también tíos, primos…), en su mayoría, a distancia. Los mayores pueden sentirse muy solos y los niños les necesitan también. Al no poder existir un desplazamiento, las videoconferencias serán grandes aliadas.
- La importancia de la imaginación: Resulta valioso sorprender a los niños cuando más necesidad sientan por salir de casa. Pueden hacerse concursos de disfraces o realizar teatrillos en los que los niños y adultos intervengan.
Celebrar la Navidad al calor del hogar
A Carlos Antonio Rodríguez Méndez le parece fundamental intentar mantener el resto de costumbres navideñas sin que se vean afectadas por la sombra del coronavirus. “La decoración navideña debe cuidarse especialmente, incluso cuando no la vayamos a poder disfrutar con amigos y familiares. Por parte de los padres no debe cambiar nada. Preparar el árbol, montar el Belén y utilizar elementos decorativos permitirán hacer nuestra Navidad en casa y descubrir que ese es el verdadero espíritu navideño”, subraya el experto en psicología.
El director del centro de psicología nos da alguna idea más para que los padres la tengan en consideración. “Este año las actividades habituales, como la visita al Paje Real y la asistencia a la Cabalgata, pueden sustituirse por una salida en coche a ver las luces de la ciudad o subir a la montaña a jugar con la nieve”.
Rodríguez Méndez termina poniendo énfasis en que “no debemos darnos de baja de la Navidad”. “Es normal sentirse menos motivado, pero frases como no merece la pena el trabajo de decorar si nadie lo va a ver o si vamos a ser los de siempre no preparo una cena especial son aliados del bajo estado de ánimo, activación e imaginación y dañarán los momentos de ilusión del niño”, concluye el profesional.
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