“ A través de mi cámara trato de bucear en sus ojos por que los ojos nunca mienten”.
Cuando contacté con Mihaela Noroc, ella estaba en Helsinki. Hace tres años dejó su trabajo, cogió su mochila y su cámara y se fue a recorrer el mundo con sus ahorros, dispuesta a encontrar la belleza de una forma original, fotografiando a mujeres en su ambiente natural, sin preparaciones.
Aunque en principio su pequeño proyecto era personal y conocido sólo en su país, Rumanía, después de un tiempo empezó a tener un enorme éxito por todo el mundo. Éxito que ella misma, tal y como dice, nunca había imaginado ” de repente me di cuenta de que millones de personas veían mis fotos. Mi correo estaba lleno de mensajes de todo el planeta”. Lejos de relajarse, Mihaela comprendió que tenía que trabajar duro y que debía mandar un mensaje. “ Tengo que captar la mayor diversidad y enviar un mensaje para que sea escuchado”.
En su periplo, ha fotografiado mujeres en más de 45 países, y cada día intenta mejorarse por que ha puesto el alma en esta idea.
“A través de mi fotografía quiero captar el sentimiento de calidez y serenidad, el cual es específico de la mujer y que equilibra toda la negatividad que vemos en los medios”, nos cuenta Mihaela.
Así se realza, a la vez que reconoce un valor especial y característico de la mujer. ¿Habría menos guerras en el mundo si hubiera más mujeres en la toma de decisiones?.
“ Cada día vemos en los medios guerras, conflictos y miedo. La gente está luchando por que es diferente, por que tiene diferente religión, cultura o raza. Más que nunca creo que el mundo necesita un Atlas de la Belleza para mostrar que la diversidad es hermosa y no una razón de conflicto”.
Para Mihaela, el sentido de todo es estar orgulloso de una cultura y preservarla, pero apreciando y respetando al mismo tiempo otras culturas. “Yo espero que elAtlas of Beauty sea un reto que haga desaparecer muchos prejuicios que existen en todo el mundo”.
“También espero que este proyecto haga a la gente comprender que la mujer merece mucho más respeto. En mis viajes he percibido mucha discriminación hacia las mujeres, y por tanto, trato de cambiarlo, aunque el cambio sea pequeño”.
Esta fotógrafa elige a mujeres normales ya que para ella son estas las que representan con orgullo su cultura, sus raíces o su país, cuando las fotografía ganan confianza en ellas mismas, además de más respeto por parte de la gente a su alrededor. “Pero esto no afecta sólo a las mujeres que fotografío, sino que afecta a las mujeres normales que ven las fotos y así pueden ver lo especiales que son , por que son como ellas.”
Sus viajes le han llevado por todos los continentes, a excepción de la Antártida, así cuenta que ha descubierto la belleza tanto en las favelas de Brasil, como en los arrabales de Colombia, bajo el sol de Afganistán, en una mezquita Iraní, en el Tibet, en Corea del Norte o en la selva del Amazonas, pero también en lugares más clásicos, como Oxford, Nueva York o Estambul.
“Prefiero fotografiar caras naturales, sin maquillaje, y me centro también en el ambiente que hay alrededor. La mayor parte del tiempo sólo tengo 30 segundos para hacer la fotografía después de encontrar a una mujer en la calle. Otras veces puedo pasar una hora fotografiándola o escuchando su historia, o si ella acepta verme otra vez”.
Pero para fotografiarlas tiene un truco. Ya que puede hablar cinco idiomas, charla mucho con ellas, intenta que se sientan especiales, orgullosas y únicas, aunque a veces no tiene más remedio que recurrir al lenguaje corporal, en el cual todos somos iguales.
El que sus modelos no se hayan puesto anteriormente delante de una cámara profesional hace que sean más auténticas, no hay poses y todo es improvisado.
“ A través de mi cámara trato de bucear en sus ojos por que los ojos nunca mienten”.
Descubrió a esta mujer en Bukhara, Uzvekistan durante su prime viaje en el añi 2013.
El objetivo de Mihaela es seguir fotografiando a las mujeres de todo el mundo y conseguir que “ The Atlas of Beauty” sea un espejo de la diversidad y pueda enseñarnos a ser más tolerantes. “Después de casi tres años de trabajo, puedo decir que la belleza está en todos sitios, no depende de tratamientos de belleza, de dinero, de razas o status social, pero si de ser auténtico”. “Es al revés, las modas son las que hacen parecer más iguales, sin embargo ser