Pensando qué tenían en común las personas que me han rodeado mucho tiempo y a las que considero que disfrutan de una vida plena, de una vida con sentido (familia, amigos, profesores, «maestros»…) seleccioné tres factores principales:
- Trascendencia
Personas capaces de unir lo infinito y lo finito, de encontrar y disfrutar la belleza en lo cotidiano, en lo más vulgar, convirtiendo en algo sagrado lo de cada día.
- Generosidad
Consecuencia del amor, buscando lo mejor para los demás. Personas que brillan y hacen brillar, personas que suman. Aquellas que te hacen descubrir tu valor, tu enrome riqueza.
- Compromiso
Gran determinación en su misión. Avanzando, esperando o retrocediendo, pero nunca abandonando. Personas con anclaje sólido, convencidas de que aquello en lo que creen vale la pena.
Estas tres cualidades las comparten este tipo de personas y poco tiene que ver con el temperamento o genética, más bien con una conquista personal, con un aprendizaje consciente de aquello que «merece la vida». Y es que podemos hacer mucho cada uno de nosotros para alcanzar una vida con sentido que nos aporte plenitud y libertad.
La vida plena tiene que ver con una conquista personal, con un aprendizaje consciente de aquello que «merece la vida».
¿Qué te pareció este artículo? Deja tu opinión: