La educación es un tema que aparentemente ha preocupado a todas las generaciones de padres, y digo aparentemente, porque la educación a menudo tiene que ver con frases como:
- Pórtate Bien
- Coge bien el tenedor
- No grites
- Estudia
- Hazme caso
- Cómetelo todo
El Coaching Educativo, en el que llevo inmersa un tiempo, me lleva a reflexionar.
Ya comenté que a la persona la podemos asemejar a un iceberg. En la parte alta del iceberg estarían nuestros comportamientos, entre otras cosas, lo que vemos y observamos. Como madre, del comportamiento de mis hijos me importa que aprendan a:
- Responder de manera adecuada en las distintas circunstancias de la vida
- Elijan respuestas asertivas ante los conflictos, o ante distintos puntos de vista, y sobre todo ante los errores, etc.
- Minimizar la educación a simples comportamientos observables desde mi punto de vista
Educar viene de educere y significa «guiar o conducir». Acompañar a nuestros hijos a que todas sus capacidades y potencial salgan a la luz es uno de nuestros cometidos.
Las apariencias apantallan no despuntan
Recibo en mis sesiones a profesionales con un alto nivel de estrés. Y descubro que la exigencia está de moda. Reconocen que la exigencia y toda la carga que conlleva (horarios laborales muy extensos, pocas horas de sueño, mucha carga laboral…) les hace sentir parte de un grupo aparentemente “distinguido”, como que les da estatus.
De esta manera viven comprometidos con la parte de arriba del iceberg, los comportamientos, las posesiones, el puesto de trabajo, etc. y, por lo tanto les compromete a vivir en el HACER y producir, simplemente para mantener esa FALSA apariencia de lo que son: soy el coche que llevo, la casa donde vivo, por ejemplo, y bajar de este nivel es muy difícil.
Vivir identificados en SOY LO QUE TENGO es una carrera que no tiene una meta.
Educar en la excelencia
La educación de la excelencia por el contrario deja el hacer para vivir en el SER y nos lleva a vivir en coherencia con la persona que somos, para eso nos invita a entrar en contacto con nosotros mismos, a habitarnos, a parar y a reflexionar.
Para muchos esto es algo impensable, detenerse ¿para qué hacerlo? A ver si voy a ver algo que no me gusta ¡Paso!
Estar a solas contigo, te permite tocar la parte de debajo del iceberg y, empezar a conocer partes de ti hasta ahora seguramente desconocidas. Podrás encontrar luces que te sorprendan y oscuridad que te ahogan.
Te digo que sea lo que sea, en contacto contigo, decirte que todo lo que te habita es tuyo. Si aprendes a esquivarlo, a evitarlo, a no verlo, sin querer estarás haciendo lo mismo con tus hijos. Y la vida que es sabia, te trae una y otra vez situaciones para que eso que rechazas lo veas y lo aceptes.
¿Qué para qué te sirve educar en la excelencia?
- Para conocer muchos más de ti mismo y de tus hijos: el auto conocimiento es una de las herramientas que tenemos en este siglo XXI para pasar por la vida y llenarnos de su lado amable y aprender del dolor que conlleva también vivir.
- Si nuestros hijos solo obedecen comportamientos y copian nuestras ideologías y creencias, su sistema moral quedará por construir. Y cuando sean adultos les asaltara la culpa cada vez que no hagan aquello que se espera de ellos. Y tendrán una idea muy reducida de la persona que son, ya que simplemente estarán copiando formas de comportarse.
- Para favorecer su pensamiento crítico: solo estando en contacto con la persona que son, pueden entrar en un diálogo interno que favorezca su crecimiento. Ayuda a tus hijos a parar y reflexionar. Cuando compartan una idea, por ejemplo: Mi seño es una mala seño- puedes preguntarle: ¿eso quién lo ha dicho?, ¿qué autoridad tiene?, ¿es el director del cole?, ¿el inspector del centro?; además puedes continuar preguntando: ¿qué has visto tú exactamente para que sea mala seño?, ¿y cuántas veces ha ocurrido? ¿Y qué más puede haber ocurrido? Y puedes terminar: ¿alguna vez ha sido buena seño? Entonces ¿qué quieres creer tú? ¿Cómo vas mejor al colegio pensando que es buena seño o no? ¿Qué es mejor para ti creer? Que nadie te diga lo que tienes que creer, tú puedes decirlo.
- Para entrar con contacto con tu hijo, y reconocer que detrás de todo comportamiento por “malo” que sea, hay un para qué se cubre una necesidad, más allá del juicio barato que hacemos a día de hoy: eres un vago, un mal educado, etc.
- Para conocer el recurso valioso de las emociones, y como entrando en contacto con ellas, la vida tiene un sentido, y tu vida un propósito.
- Para que nuestros hijos puedan elegir ser la persona que quieran ser, y no una copia de la idea que tenemos como hijos.
Coaching educativo es una de las herramientas que a día de hoy favorece el desarrollo de una educación en excelencia. Se trata de poner farolas en el camino, que a menudo está oscuro. Educar con excelencia es acompañar a nuestros hijos pase lo que pase, sin juicio.
Todo juicio que hagas de él, está hablando de ti mismo.
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