Querida…
Hoy, por primera vez en mucho tiempo, he decidido no exigirte más de lo que ya estás dando. Hoy no voy a hacerte una crítica aún más dura que la última que te hice ni voy a enfadarme contigo por no haber dado lo mejor de ti misma. Hoy voy a derribar de una vez y para siempre las barreras que he ido construyendo durante todos estos años. Hoy voy a abandonar la postura de enemiga que siempre me ha caracterizado y, por una vez, voy a darte todo el cariño que te mereces. Voy a darte la oportunidad de la que siempre te he privado: que te quedes conmigo, que me busques y que me quieras. Y para eso, amiga mía, primero tengo que pedirte perdón. Perdón por todas las lágrimas y el dolor que te he causado; por no salir a defenderte cuando los demás sólo veían en ti las etiquetas que yo misma te había puesto; por no cuidarte lo suficiente y negarte el amor que has necesitado en momentos de soledad; por haberme contentado con mirarte cuando sufrías, sin hacerte ver que estaba contigo; por no haberte dicho lo mucho que vales, que eres una persona irrepetible y que no debes permitir que nadie, ni siquiera tú, menosprecie tu grandeza.
Perdóname por no haber llegado a tiempo y por no valorarte cuando tú pedías a gritos un abrazo. Por haber esquivado tu mirada cuando, desconsolada, buscabas mi protección. Por no haberte ofrecido la mejor sonrisa cuando la necesitabas para poder reconstruirte. Perdón por no haberte aportado mi fuerza en los momentos en los que flaqueabas. Pero, sobre todo, perdóname por haber tardado tanto tiempo en darme cuenta de todas estas cosas.
Las dos sabemos que a veces soy lenta para reconocer mis errores, pero al final acabo rectificando. Así que hoy, aún consciente de que no puedo deshacer mis errores, quiero dar un paso hacia adelante y recordarte que te mereces recibir todo el amor que das. Aunque a veces he sido tu peor enemiga, a partir de ahora me comprometo a ser tu mejor amiga.
Si de alguien necesitas un <<te quiero>>, es de mí. Aunque a veces nos duela, sabes que soy la única que puede verte tropezar cien veces con la misma piedra. Y hoy por fin me he dado cuenta de lo mucho que esto me enorgullece. Prometo apoyarte en cada instante, recordarte que puedes con aquello que te propongas. Pase lo que pase, prometo quererte todos los días de tu vida.
Firmado: Yo misma
Ana Santamaría
Ganadora de la XIII edición
www.excelencialiteraria.com
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