La Asociación de médicos y titulados superiores de Madrid (AMYTS) lleva tiempo alertando del grave riesgo y contradicciones que se constatan en la sanidad española.
Hace unas semanas tuvo lugar el famoso exámen MIR, este año se han presentado más de 16.000 aspirantes, oficialmente habrá plazas para 7.500 futuros especialistas médicos.
Nuestros médicos especializados invierten como mínimo 10 años de formación y estudio, sin contar masters, doctorados, reciclaje en su formación a lo largo de su vida profesional. Es decir, es una realidad que nuestros médicos adquieren de las mejores cualificaciones sanitarias del mundo.
Y es una realidad que lo normal en todos ellos será el querer devolver lo recibido en tu propio país y ayudar a mantener los estándares de calidad de nuestra sanidad, señalamos nuestra, la pública y privada. Tan apreciadas como cuestionadas.
No podemos dejar fuera a nuestra enfermería, sino que se lo pregunten a los ingleses, si ahora mismo salieran del Reino Unido las miles de enfermeras (más que enfermeros) que trabajan (por estar mejor remunerado) en la sanidad británica, literalmente el sistema se caería.
Alerta: ¡Se van de España!
Según recoge la Dra. Sheila Justo en un artículo titulado «Medicina Low Cost», «Estamos especialmente preocupados… por la importante fuga de talento que estamos experimentado en los últimos años y el excedente de licenciados que tenemos en España».
Realiza un excelente análisis y explica en tres áreas la realidad tan cruda: Excedente de médicos, fuga de médicos y próximas jubilaciones.
Como si de una simple regla de tres se tratara, el artículo razona la cuestión con rigor y profesionalidad, aportando datos contundentes. Si tantos miles salen formados cada año, si en otros países trabajan en mejores condiciones y con mejores sueldos, se van. Y si anualmente se jubilan tantos miles, entonces ¡No cuadran las cuentas! ¡Nos quedamos sin médicos «made in Spain»!
Las familias primero y el Estado después invierte en la formación de los médicos españoles millonadas que caen en saco roto. Deprimente
En relación a la fuga de médicos, el artículo señala: «Este pasado año 2019 se ha cumplido el récord de solicitudes de certificados de idoneidad para salir del país a ejercer la Medicina, con un total de 4.100, un aumento del 18,7 % con respecto al año anterior (2018)».
Más riesgos por buenismo político
El artículo también aborda el riesgo actual de otorgar acceso a ejercer como médicos a personas extracomunitarias. Una auténtica contradicción, por una puerta salen corriendo nuestros médicos y por otra nos entran médicos que han sido formados en España, y en lugar de retornar a sus países de orígen a contribuir a la mejora de la calidad sanitaria, se les abre la ventana para comenzar a trabajar aquí, sin seguridad alguna, pues éstas personas a lo mejor lo que quieren es llegar a otros países de Europa donde podrán trabajar en mejores condiciones y con mejor sueldo.
«A finales de la semana pasada saltaba la noticia de que médicos extracomunitarios podrán ejercer como médicos especialistas en Madrid sin el requisito que hasta ahora era imprescindible: nacionalidad española o de la Unión Europea. Esta medida, que ya se ha tomado de forma excepcional y transitoria en otras CCAA ante la “escasez de médicos”. (Sheila Justo, «Medicina Low cost).
Planificación y rigor sanitario
Como recoge la Dra. Justo la Sanidad española debe ser planificada, en varias áreas: recursos humanos; necesidades reales de la población dando preferencia a la sanidad pública; y ponernos al nivel de otros países europeos en cuanto a condiciones laborales y retribuciones salariales.
La realidad es que eso tan comúnmente aceptado de que «nuestra sanidad pública es de las mejores del mundo», es un mantra. Nuestros profesionales sanitarios, sí, aunque se ha de cuidar no perder la calidad humanizadora tan propio del carácter español. Pero se evidencia que en profesiones tan vocacionales, las nuevas generaciones carecen (en general) de esa «calidad humana y profesional» que nos ha distinguido durante décadas.
La realidad es que más de 11 millones de españoles pagan cuota en la sanidad privada. Ese, y no otro factor provoca que la sanidad pública salga mejor parada de lo que es la realidad operativa, listas de espera, influencia de los sindicatos para trabajar lo justo, etc.
Ojalá las administraciones públicas se tomen en serio esta alerta, aún estamos a tiempo con voluntad política, de revertir la situación.
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