Hemos conversado con Amparo Ferrando, directora de COSO MODA, y responsable del proyecto «Diseños que cambian vidas».
La moda sostenible ha de llegar más allá de la trazabilidad de los materiales. Tiene una dimensión social y sus beneficios han de repercutir directamente en los que lo necesitan. Realmente esta es su finalidad.
Lourdes Delgado (Tu look habla): ¿Qué es y en qué consiste el proyecto «Diseños que cambian vidas»?
Amparo Ferrando (Coso Moda): DQCV es una idea que nace en las tertulias de la Fundación COSO con periodistas, diseñadores y demás profesionales del mundo de la Moda y la Comunicación.
Decía un tuit: «Lleva tu causa a tu marca», y eso hemos hecho, traer la solidaridad y la sostenibilidad a COSO, y unirla a la Ong Harambee que es Responsabilidad Social Corporativa de la Fundación.
Harambee proyectos para las mujeres africanas
La experiencia de la moda solidaria y sostenible se convierte en otro modo de hacer moda, como personas comprometidas con este cambio de paradigma que estamos viviendo y que eligen la vía de la solidaridad para intentarlo y sumar entre todos.
Se pone en marcha en el año 2015 y aspira a crear una alianza entre diseñadores españoles y chicas africanas con idéntica vocación, pero sin posibilidades de desarrollarla. Es una herramienta para unir moda, solidaridad y sostenibilidad, con la mujer como protagonista. El diseñador puede impulsar un proyecto formativo en África sin salir de su sitio, aportando su talento. Una opción que ayuda a recuperar el valor emocional del diseño. Son diseños con alma.
LD.- ¿Dónde se ubica, y desde cuándo?
AF.- Se ubica en la Fundación COSO. Después del éxito conseguido en la primera edición, la Ong Harambee lo acoge entre sus proyectos en 2017 pero sigue como iniciativa en COSO que continúa investigando y ampliando sobre moda solidaria.
El proyecto
Desde su creación ha evolucionado hasta convertirse en Premio DQCV para jóvenes diseñadores. La primera edición consistió en la confección de un diseño con tela africana y el sorteo posterior en un evento.
En la segunda edición, se unió moda sostenible y solidaria que adoptó el formato de una exposición en el Aula Cultural del Corte Inglés de Valencia. Hicimos un guiño a la sostenibilidad como opción solidaria de la moda. Colaboraron estudiantes de Diseño de la EASD Valencia y distintas marcas de diseño sostenible que donaron sus productos para becas, como Gioseppo, Urbanfawn, Jeanología, Ecoalf, Sepiia, Mora Efron, Ray Musgo y Ecology
La tercera edición se ha concretado en la creación del Premio Diseños que cambian vidas. Tiene como objetivo por una parte, suscitar una mayor sensibilidad hacia el continente africano, para superar la imagen distorsionada que tenemos de África. Y por otra, conseguir becas para que mujeres africanas puedan cursar estudios de Corte y confección y así capacitarse profesionalmente. El premio consiste en la realización de una colección que refleje los valores africanos. Posteriormente se exhiben los modelos en una Pasarela solidaria que este año ha tenido lugar en el Palacio de la Exposición de Valencia.
LD.- ¿Cuáles, cuándo y dónde se desarrollan los principales items del proyecto a lo largo del año?
AF.- Los principales son la investigación de las Escuelas de Corte y Confección africanas, la difusión del proyecto entre diseñadores, el patrocinio y convocatoria del premio, la comunicación y el evento final.
Mirando África desde Valencia
Se desarrollan en Valencia, donde nace y está consolidado, aunque también se ha celebrado en 2018 en Asturias y Valladolid.
LD.- El proyecto»Diseños que cambian vidas», entra de lleno en la nueva economía desde el propósito. ¿El sector de la moda ha conectado con este cambio de paradigma como una forma de reinventarse o porque realmente está convencido de la necesidad de un cambio?
AF.- Existe una concienciación cada vez mayor hacia la sostenibilidad. La moda sostenible se ha convertido en una tendencia necesaria. La industria textil es la segunda más contaminante del planeta por lo que el cambio de paradigma del sector de la moda se está produciendo lentamente por convencimiento. Requerirá un tiempo para conseguir el equilibrio entre las empresas, las cadenas de producción y el bolsillo de los consumidores. La llamada fast fashion es más cara y se está investigando para conseguir una reducción de costes. También está mejorando el diseño que era uno de los puntos débiles para el público joven. La sostenibilidad no está reñida con la belleza y la creatividad.
LD.- Los Objetivos de Desarrollo Sostenible son la espina dorsal de estos nuevos modelos de negocio, ¿en cuáles de ellos se puede enmarcar este proyecto?
AF.- Claramente DQCV puede insertarse en la formación, línea fundamental del proyecto. Sin formación no se puede conseguir la capacitación profesional que les permita acceder a un trabajo que sitúa a la mujer en igualdad de condiciones respecto al hombre para poder progresar. Todo ello redunda en el crecimiento económico del lugar donde se implementa Se puede concluir que el proyecto se enmarca, dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en la educación, la igualdad, el trabajo y crecimiento económico.
LD.- Este proyecto ¿es de algún modo una alternativa al usar y tirar al que hemos estado acostumbradas en los últimos años en el sector de la moda?
AF.– Creo que se trata más bien de una reflexión. La moda es cambio, tendencia. Pero hay que señalar que la moda marca y deja huella porque se introduce en la sociedad y define estilos de vida. Va más allá de lo que se ve. Comprende dimensiones menos conocidas pero más trascendentales. Algunas marcas ofrecen señas de identidad que suponen una alternativa que se fundamenta en valores. Algunas de esas dimensiones son la solidaridad y la sostenibilidad. Ambas establecen una conexión emocional con el consumidor y le sugieren un consumo alternativo más responsable.
En este concepto de moda, la razón de ser los las personas. Una moda concebida desde la sensibilización para crear una nueva cultura que refleje estilos de vida más humanos, más solidarios y sostenibles. Esta nueva moda es posible. Se trata de cambiar la manera de hacer de las empresas y los hábitos del consumidor, poco a poco.
TLH.- Se puede considerar el proyecto «Diseños que cambian vidas» como una solución concreta y una propuesta de cambio para el sector de la moda?
AF.-Esa era la idea inicial. Decía Laura Ritter » No podemos hablar de moda sostenible sin hablar de vida sostenible » Es el momento de la reflexión, de introducir valores humanos en nuestro estilo de vida. De empezar nuestro camino hacia una vida más sostenible y consciente, y buscar hacerlo lo mejor posible.
En el campo de la moda supone trabajar por una Moda ética, que implica un consumidor formado y convencido de la importancia de consumir de forma más responsable. Las claves serán la comunicación y la educación.
Hay que promover nuevas formas de consumo como respuesta al consumismo incontrolado.
Es el momento de primar nuevos estímulos que no sean el exceso, la desproporción, el mero acopio de artículos. La ética es la nueva estética. Promover una moda de calidad, que dure más y atemporal.
En el ámbito de la solidaridad, la sostenibilidad se traduce en impulsar proyectos – como «Diseños que cambian vidas»- que ayuden a mantener el equilibrio sin sacar a las personas de su lugar de origen. Proporcionar las herramientas necesarias para que puedan crecer y desarrollarse en su tierra sin necesidad de emigrar. Dar soluciones africanas a problemas africanos. Esa es la filosofía de Harambee: que vean África con una mirada diferente que les permita tener esperanza en el desarrollo sostenible de su continente, en un futuro.
Todo ello sin olvidar que en el eje de la sostenibilidad debe estar siempre la persona.
Retos económicos y sostenibilidad
LD.- La economía del siglo XXI está marcada por 5 retos globales: cambio climático, transhumanismo, producción y consumo, inversión y contrato social. ¿Podrías identificar cómo se les hace frente desde el proyecto «Diseños que cambian vidas»?
AF.- Como he dicho al principio de la entrevista, la experiencia de la moda solidaria y sostenible se convierte en otro modo de hacer moda. Sostenible es un concepto que cada vez llega más a la sociedad. Viene de sostener, mantener el equilibrio. Moda sostenible es la que respeta a las personas que la producen, que tiene en cuenta los materiales utilizados y que se preocupa del impacto ambiental, social y económico.
Tener objetivos comunes y trabajar por ellos, es el modo de hacer de este mundo un planeta más habitable. Por eso buscamos el apoyo de aquellas marcas que tenían esas notas en común con nuestros ideales, y de aquellos diseñadores que sentían la misma vocación por su trabajo que las muchachas africanas, a las que queremos ayudar y por las que emprendimos este proyecto.
Inversión local con trascendencia internacional: diseños que cambian vidas
LD.- Ninguna realidad es sostenible sin el fomento de lo local. A simple vista ¿se podría decir que este proyecto va de lo local a lo local?
AF.- Así es. La relocalización de la industria, la vuelta a la proximidad tras la deslocalización a países asiáticos, es sostenibilidad. Nuestro proyecto arranca con diseñadores de aquí que con sus diseños apoyan la formación de chicas africanas. Por eso podemos decir que va de lo local a lo local. El objetivo es ayudar a que puedan, a través del diseño de moda y costura, emprender pequeños negocios y contribuir al desarrollo de su pueblo sin abandonarlo.
LD.-Claramente, este proyecto resulta una propuesta importante en el fomento de la inversión de impacto, y de las personas como centro de la actividad financiera. ¿Qué resultados se han obtenido hasta ahora?
AF.-Hemos conseguido más de un centenar de becas para que chicas africanas obtengan la capacitación profesional necesaria para salir del círculo de pobreza en el que se encuentran y puedan acceder a una vida mejor. Es una cifra pequeña para lo que necesita todo un continente, pero los grandes cambios surgen casi siempre de pequeños gestos.
Conclusión: diseños que cambian vidas repercute en todos
Además, gracias a la sensibilización social que estas actividades generan, pienso que los beneficiados somos todos, no sólo en África, sino también los que trabajamos aquí, pues nos concienciamos del sentido social que debe impregnar todo trabajo y toda inversión, en el terreno de la moda o en cualquier otra actividad. Esa mejor conciencia social se ha traducido también en el aumento del número de personas que se han sentido movidas a colaborar económicamente con otros proyectos de Harambee, especialmente los relacionados con la educación y salud de la mujer y de la infancia. Es muy reconfortante comprobar la generosidad de tanta gente buena.
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