Beatriz Fernández, educadora especialista en atención temprana y doula, es autora de “Doulas, del mito a la realidad” (Arcopress, 2022). También, participó en la creación de uno de los espacios pioneros de doulas en nuestro país (SerDoulas), en la fundación de la Asociación Española de Doulas y en el proyecto de formación para doulas “Para Ser Doula”. Fernández se formó en gestión de grupos de apoyo, duelo, formación de formadores, comunicación escrita, lactancia, parto fisiológico, apoyo emocional en momentos de crisis y mindfulness, entre otros.
El término “doula”, δούλη, se usaba en la Grecia Antigua con el significado de “esclava”. Doula se refiere en un algo porcentaje a mujeres madres, que acompañan, guían y apoyan en el embarazo, en el parto y tras este, proveyendo de información y conocimientos y trabajando para que esos instantes resulten lo óptimos posibles. Estudios avalan que el apoyo emocional tiene importantes beneficios en el parto, como la reducción en un 50% de cesáreas o en un 25% la duración de los mismos.
Woman Essentia-. Muchas mujeres escuchan por parte de un profesional médico: “Dudo que puedas llevar a término un embarazo, si es que logras quedarte embarazada”. ¿Qué comentarios desearía dedicar a estas mujeres?
Beatriz Fernández: Hay muchas inseguridades propias y ajenas que se mezclan entorno a la maternidad y al parto. Lo mejor que puedo decirles como doula es: “¿Qué crees que necesitas?”. Deben comunicarse con los profesionales abiertamente y preguntar y buscar lo que sienten que necesitan para construir su parto y su maternidad y hacerse dueñas de ella.
El tabú entorno al aborto
WE.- ¿Existe mucha soledad y “oscuridad” en torno a este tema? ¿Las mujeres pueden hablar de esto con otras?
BF: En general hay muchos tabúes relativos a la maternidad. Las redes y grupos de mujeres son cada vez más abundantes y son un tejido social que yo siento imprescindible en la maternidad. Aunque, no siempre es sencillo encontrar el espacio en el que podamos hablar libremente y sin juicios ajenos.
WE.- Para quien nunca ha sentido lo que supone un aborto, ¿qué experimenta la mujer a nivel emocional? Y cuando la historia se repite no solo una vez, otra y otra más, ¿cómo se curan las heridas del alma?
BF: Es un duelo, y esto supone un proceso sano emocional y psicológicamente. Sin embargo, el duelo gestacional y perinatal hace que todos los cimientos se derrumben. La teoría de la que se nos habla dice que nos quedamos embarazadas y tenemos hijos sanos… Pero, descubres que esto no es cierto. Eso rompe todas tus expectativas del mundo.
Cuando se repite y no hay respuesta o solución, ese duelo y el dolor se van acumulando. Y nunca se curan porque el duelo no es una enfermedad, sino que se aprende a vivir con ello, como parte de los procesos que vivimos en nuestro camino. Siempre va con nosotras.
Acompañamiento a la mujer
WE.- En su libro “Doulas, del mito a la realidad” habla de “acompañamiento” ¿Qué implica el concepto y el respeto real por las decisiones de los demás?
BF: Acompañar es estar con y para alguien de forma que no se interfiera en sus decisiones de forma activa. No existe acompañamiento real sin respeto real. Porque para el acompañamiento son necesarias la comprensión, empatía, falta de expectativas respecto al proceso y respeto (que implica no juzgar).
Suelo decir que las doulas que acompañamos de verdad somos como la red del trapecista: no la necesita, no le ayuda a mantener el equilibrio ni mejora la tensión del alambre. Sin embargo, los trapecistas la miran cuando deciden hacerlo y sienten que desean tenerla allí.
WE.- Se especializó en los acompañamientos difíciles como el duelo, la infertilidad, prematuridad, bebés con problemas de salud…, ¿hubo alguna historia que le afecto de un modo especial? ¿Cómo lograba no implicarse emocionalmente?
BF: Por supuesto que hay historias me llevo dentro. Admiro a cada mujer y familia que acompaño. He llegado a llorar de emoción viviendo procesos a su lado. Son extraordinarias. Y algunas tengo el privilegio de conservarlas como parte de mi familia no genética, sino del alma.
Pero, el acompañamiento no puede cruzar la línea a la implicación, porque en ese momento dejamos de ponernos en el papel que nos corresponde.
La maternidad
WE.- ¿Cómo vivió la llegada de su hijo, quien presentaba una malformación llamada HDC (hernia diafragmática congénita) que afecta a uno de entre cada 3500 a 5000 bebés nacidos vivos?
BF: Fue un shock increíble, porque además mi hijo tenía la presentación más grave de la malformación. De hecho, tenía experiencia con la patología porque había acompañado a una madre cuyo bebé falleció a causa de ella y los bebés de otras amigas murieron durante mi embarazo.
Cada día era una mezcla entre investigación científica, esperanza, bajada a la tristeza más profunda e incertidumbre. Fue un duelo muy intenso hasta procesar y aceptar la realidad y que sería nuestra realidad siempre porque en cualquier momento el parche que le permite vivir puede romperse y devolvernos a la casilla de salida. Aprendí muchísimo sobre mí misma y reubiqué mis prioridades.
WE.- Con un hijo de 6 años y una hija de 14, ¿cuál es la mayor enseñanza que rescata a día de hoy de la maternidad?
BF: Que nada está escrito. Nada es inamovible. Los verdaderos sabios de nuestro mundo son los niños. Escuchándolos con todos los sentidos y el corazón aprendemos mucho más de nosotros, del mundo y de lo realmente importante que con nada más que imaginemos.
Gran parte de lo que somos viene de los niños que fuimos. Escucharlos es escucharnos.
Doula vs matrona
WE.- En la India, doula significaba “mujer experimentada”, ¿en qué se diferencia una doula y una matrona?
BF: La matrona es una profesional sanitaria (de hecho, es una profesión regulada) y su función es facilitar el bienestar de la mujer durante toda su etapa fértil con atención a su salud, información y recursos a su alcance. Sus funciones están delimitadas en el BOE (Boletín Oficial del Estado). A nivel legal atiende o asiste un parto de curso normal.
La doula es una acompañante emocional en la maternidad, pero no tiene como función mejorar esa maternidad, sino acompañarla. Comprende cada una de las etapas que acompaña y conoce su papel de acompañante y sus limitaciones legales y éticas. Son figuras que tienen enfoques totalmente distintos.
Una doula no puede asistir a un parto sin un profesional sanitario porque el acompañamiento no implica cuidado de la salud o intervención, por lo que una doula ni está capacitada ni tiene entre sus funciones asistir un parto. Está reflejado en el código ético de la Asociación Española de Doulas.
WE.- ¿Qué condiciones ha de cumplir una doula para trabajar de modo legal en nuestro país?
Beatriz Fernández: Las mismas que cualquier otro prestador de servicios: tributar sus rendimientos, cotizar y cumplir las leyes que correspondan.
Para todo ello es fundamental la formación que reciba la doula, ya que es en ella donde todo esto se debe dejar claro.
La elección de ser madre
WE.- En el comienzo de la Edad Moderna, científicos se interesaron por aspectos de la maternidad y en el siglo XX, la atención a la salud sexual y reproductiva dio un vuelco. Las mujeres tenían la posibilidad de elegir ser o no madres, ¿qué concepto, según usted, se tiene de la mujer a día de hoy respecto a la maternidad?
BF: Por desgracia no se da a la maternidad la importancia que debería. Cuando una mujer elige ser madre no se valora su importancia en la sociedad, aunque está gestando y criando a un nuevo miembro de la misma. Gestar, parir y criar son actos fundamentales en nuestra sociedad, pero se les muestra como no productivos.
Tenemos la falsa sensación de que la mujer elige su maternidad, pero el mercado laboral y la sociedad están construidos contra ello. La conciliación está muy lejos de lograrse por esta falta de valoración de la que hablaba.
WE.- Desde el año 2010 existen dos asociaciones de doulas a nivel nacional. ¿Desde cuándo existen las doulas y qué papel juegan a día de hoy en la sociedad?
BF: Las doulas existen desde que el mundo es mundo, con roles que se han ido adaptando a la realidad de la maternidad en cada momento y lugar, pero perviviendo.
Ser padres pese a no nacer tu hijo
WE.- Desde el punto de vista de Laura Gutman, psicóloga especializada en maternidad, el postparto es un proceso de deconstrucción y reconstrucción en la mujer. ¿Qué cree usted que no se sabe del postparto y sería preciso señalar?
BF: Efectivamente es un proceso en el que cada mujer se crea de nuevo. Ese espacio de respeto para crearse es algo que no se suele dar a las mujeres.
Lo primero que deberíamos entender es que el posparto no es la cuarentena, ni la baja de maternidad, ni siquiera los nueve meses de exterogestación. Cada posparto es distinto tanto a nivel físico como emocional.
WE.- ¿Qué piensa usted de unos padres que no se sienten padres por no haber nacido su hijo vivo? ¿Puede usted acompañarlos en su duelo?
BF: La sociedad no reconoce lo que no se ve. Como se dice en “El Principito”: “lo esencial es invisible a los ojos.” Esa mujer va a vivir un posparto, ese bebé va a formar parte de su vida y de la de su familia de un modo u otro y mantener esta relación de “padres = hijo vivo” es algo que dificulta mucho el duelo de muchas familias. Han sido, son y serán padres.
Por supuesto que puedo acompañar a familias que lo viven y lo he hecho. Es un acompañamiento en el que presencio cómo la más profunda tristeza se convierte en el más increíble amor.
El aprendizaje tras convertirse en madre
WE.- ¿Qué es para Beatriz Fernández ser madre?
BF: Hay una frase que digo mucho de mí misma: Soy la eterna aprendiz.
Y para mí ser madre es aprendizaje. A veces difícil y otras precioso. Siempre con el corazón en la mano ofrecido a ese pequeño, lleno de miedos, incertidumbres, tristeza o las alegrías más profundas.
WE.- Como usted refiere en su libro, existe una tendencia a edulcorar la maternidad, algo que causa que nos sintamos siempre presionados a hacer las cosas casi perfectas. ¿Cómo podemos lograr sentir menos peso en la crianza de los hijos y disfrutar más sin tanta culpa?
BF: Siempre digo a las familias que acompaño que solo ellos saben ser los mejores padres para sus hijos. Ellos saben ser perfectos para sus hijos. Ser perfecto no es no cometer errores, ni ser las 24 horas dulzor y nubes de algodón de azúcar, sino que es amarlos, aprender y escucharnos como familia.
Y hasta la madre o el padre más perfectos (si es que eso existe) lloran, se frustran y se sienten incapaces a veces. Nos vamos a equivocar todos, así que aprendamos de ello y démonos permiso.
Respeto en el parto
WE.- ¿Existe algún tipo de relación u complementación a nivel profesional entre la doula y un experto sanitario?
BF: En algunos acompañamientos nos podemos encontrar, de hecho, yo he aportado a muchas familias información sobre las matronas, ginecólogos o psicólogos perinatales cuando quizás no sabían que esos profesionales les podían aportar cosas importantes. A veces, trabajamos en equipo.
WE.- ¿Qué debe resultar el parto para la mujer? ¿Y si ese día se convierte en algo gris e inesperado?
BF: El parto de cada mujer debería resultar respetado. Esa es la base de todo. Si el parto no resulta ser lo que esperábamos, pero lo sentimos respetado, podremos procesar lo sucedido y no lo viviremos como un trauma.
Evidentemente hay partos que, por su curso, por la salud o vida del bebé o madre o el tipo de atención que han recibido, pueden resultar terribles. Entonces, se inicia un duelo por el parto que no fue y hay que hacer ese camino y tomar a veces decisiones incluso legales que complican ese duelo.
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